Cuando hablamos del baile
oriental nos referimos a un tipo de danza por medio de la cual entramos en
contacto con nuestro ser espiritual. Este tipo de baile busca la plenitud del
ser humano, nos sumerge en un gran poder creativo realizando sensuales y delicados
movimientos. Nos ayuda a encontrar el equilibrio y alineamiento del cuerpo y
nos da las herramientas necesarias para el conocimiento de la fluidez, por el
cual combatimos el caos en el que nos encontramos.
Esta danza tiene como
filosofía alcanzar la belleza de nuestro interior, que tenemos olvidado en el
mundo en que vivimos, y reflejarla al exterior, consiguiendo así el crecimiento
de un todo. A través del baile oriental, recuperamos nuestra relación ancestral
con la tierra y descubrimos el potencial de cada uno como individuo.
Para concluir, este baile
actúa como terapia, ya que aporta grandes beneficios a todos los niveles, pues
estamos trabajando todos los cuerpos: físico, mental y espiritual. Además nos
aporta alegría, por ello, podemos decir que bailar es una celebración,
porque nos ayuda a liberarnos, renovándonos adentro y cambiándonos por fuera.
Esta danza va
dirigida a todo tipo de personas, con ganas de divertirse, descubrirse y
compartir con los demás. No es necesario tener una condición física, especial,
ni experiencia, sólo muchas ganas de entrenar el alma, enriquecer nuestro
espíritu, y así poner en forma nuestro interior.






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