El Mambo es uno de los
bailes latinos que más seguidores tiene en el mundo occidental. Traído a Europa
de la gran moda que se extendió por Estados Unidos, debido a su carácter medio
prohibido, el Mambo ha sido protagonista de grandes películas como la protagonizada
por Antonio Banderas, "Los Reyes de del Mambo" o "Dirty
Dancing" de Patrick Swayze.
Fue el primer ritmo latino
que se exportó fuera del caribe. Considerado por algunos como padre de los
bailes latinos, su origen es todavía discutido por los distintos expertos en la
materia. Según Oscar Hijuelo, autor del libro "Los Reyes del Mambo tocan
canciones de amor" (obra en la que se basó la película homónima
protagonizada por Antonio Banderas), “los esclavos africanos, atados por los
tobillos con una pesada y molesta cadena, para que el tiempo pasara más rápido,
bailaban la rumba moviendo mucho las caderas para limitar el movimiento de los
pies. Al romperse las cadenas, inventaron un baile más sensual, rápido y ágil:
el mambo. Todo el mundo enloquece cuando lo baila, como si anduviera sobre
brasas ardientes”.
Como todos los bailes
latinos, el mambo ha sido tachado de lujurioso, y no han faltado ocasiones en
las que la Iglesia ha recomendado a sus parroquianos no bailarlo, para alejarse
de un baile que se crea inventado por el diablo. La sensualidad que se
desprende del baile del mambo pasa, como opinan algunos, por su parecido con un
simulacro del acto sexual. Grandes voces intelectuales como Gabriel García Márquez, también han hablado del mambo, calificándolo de "un disparate
bailable que se ha ganado al público latino y no latino".
Actualmente, el mambo
que más se baila es el de ritmo lento, más fácil de practicar y menos erótico.
Pero el mambo es un baile dinámico, con mucho movimiento y muchos giros. La
posición inicial para bailar el mambo se basa en poner los pies juntos y frente
a la pareja.







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